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¿Y si aprovecháramos la post pandemia para elegir el turismo más respetuoso con las personas y con el planeta? ¿Y si nos centráramos como eje de calidad en la sostenibilidad y las tecnologías limpias en los establecimientos que elijamos para las vacaciones?¿Y si nuestras necesidades de descanso y conexión con la naturaleza se pudieran satisfacer al tiempo que nuestros deseos de cultura y descubrimiento?

Esa es la apuesta de Paradores, ofrecer opciones de ocio y sosiego cerca de la naturaleza, con propuestas que ahondan en lo sostenible y sin renunciar a la cultura, la gastronomía y el hospedaje de calidad a las que la compañía nos tiene acostumbrados en sus más de 90 años de historia.
Ya no se trata solo de desplazarse y pernoctar. Alojarse en cualquiera de los establecimientos de Paradores incorpora a la experiencia del viajero la historia y la cultura del lugar y, también, su contexto local, su entorno natural y su biodiversidad, las personas que lo cuidan y sus costumbres.
Además, el esfuerzo de la empresa por integrar la sostenibilidad y las tecnologías limpias en todos sus procesos le ha llevado a conseguir, por ejemplo, que toda la electricidad que consume en sus establecimientos sea renovable, la eliminación de los plásticos de un solo uso en las habitaciones y la puesta en marcha de iniciativas que combaten el desperdicio alimentario, como la propuesta a los comensales de que se lleven los restos del menú en envases sostenibles.

Este compromiso de Paradores con el planeta y su sostenibilidad se consolidó en 2019, cuando la empresa pública se propuso liderar el cumplimiento de la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por Naciones Unidas para conseguir que el mundo sea mucho mejor dentro de una década. De hecho, está trabajando desde hace un año en la reducción de sus emisiones de carbono, con el objetivo de conseguir la neutralidad en un futuro cercano.

Para los amantes de la naturaleza, además, el concepto de turismo de la hotelera pública –único en el mundo y fuertemente ligado a la sostenibilidad– proporciona el placer del descubrimiento, gracias a su apuesta por la divulgación cultural y medioambiental.

Ese descubrimiento se puede experimentar, también, participando en cualquiera de las interesantes acciones de protección de la naturaleza y la biodiversidad que los paradores organizan en colaboración con medio centenar de ONG conservacionistas, por ejemplo.

Elegir destino… y experiencia

«Naturaleza para los sentidos», en Cangas de Onís (Asturias)

Salir a caminar desde el Parador de Cangas de Onís, el antiguo Monasterio de San Pedro de Villanueva, que se encuentra a orillas del río Sella y rodeado de los espectaculares Picos de Europa, ya es una experiencia inolvidable.

Además, gracias a la alianza entre Paradores, empresas locales y los gestores de los recursos naturales y culturales, desde el hotel se está promoviendo un ecoturismo sostenible en el que la naturaleza es la protagonista de las vacaciones y hasta del descanso del viajero.

Por otra parte, esta iniciativa tiene como beneficio colateral la generación de riqueza, empleo y arraigo en lo que hoy se define como “la España vaciada”.

Las experiencias que forman parte del programa, realizado en colaboración con la Fundación Global Nature, cuentan con elementos comunes: son fáciles de hacer a pie, son cercanas (a no más de una hora del Parador), se pueden realizar durante todo el año y se gestionan en base a criterios de sostenibilidad.

El proyecto «Naturaleza para los sentidos» se extenderá también por una veintena de Paradores, comenzando por los de Bielsa (Huesca) y Villafranca del Bierzo (León).

Parador de El Saler (Valencia): semillero de biodiversidad

El Parador de El Saler se encuentra en un lugar excepcional entre el Parque Natural de La Albufera y el mar Mediterráneo. Se puede considerar el paradigma del hotel sostenible. El agua se calienta con energía solar y toda la usada por los clientes se depura para regar el campo de golf, cuyos buggies se cargan también con energía solar.

Además, el centro realiza diferentes acciones para conservar la flora y fauna del entorno y ayudar a la preservación de especies en peligro de extinción. Por ejemplo, sus iniciativas han reintroducido en su terreno al búho chico, la tortuga mediterránea, la tortuga de mar o los erizos de tierra. Además, han plantado ya más de dos millones de semillas y dos mil plantas autóctonas.

El pasado mes de febrero, voluntarios de la ONG Xaloc, Paradores y del Centro para la Investigación y Experimentación Forestal (Servicio de Vida Silvestre) de la Generalitat Valenciana introdujeron en las duras del Parador de El Saler cinco especies en peligro de extinción. El objetivo es crear un reservorio de biodiversidad y, cuando las plantas agarren y crezcan, el Parador valenciano se convertirá en el único semillero de estas especies de toda España, donde se recolectarán las semillas para intentar nuevas poblaciones en el litoral valenciano.

Además, cada año acogen el Campamento Tortuga: los voluntarios de la ONG Xaloc se instalan durante días (a veces hasta semanas) en el terreno del Parador para proteger el nido de huevos de tortuga boba, una especie declarada vulnerable, para protegerlos y evitar que animales depredadores o la actividad humana pueda ponerlos en peligro.

Parador de Argómaniz (Álava): huerto y compostaje

Otra de las iniciativas de la compañía para alinearse con la sostenibilidad es la del compostaje. Varios paradores –entre los que destaca el de Argómaniz, en Álava, y los de Ávila y Córdoba– han decidido dar una nueva vida a la basura orgánica que generan y han instalado compostadoras en sus terrenos, en las que reaprovechan tanto los desperdicios de la comida como los restos de poda de los jardines. La materia orgánica pasa entre ocho y doce meses en estos contenedores hasta que se convierte en abono el jardín y para renovar la tierra de los huertos ecológicos.

En los jardines de los paradores cada vez es más frecuente encontrar huertos, dada la importancia del consumo de productos locales y de proximidad. En ellos se plantan hierbas aromáticas, hortalizas o frutas que complementan la gastronomía local y disminuye el impacto que supone el transporte de esas mercancías.

Cazorla (Jaen): aula de naturaleza

El Parador de Cazorla tiene habilitado desde 2009 un Aula de la Naturaleza. Se trata de un espacio expositivo y explicativo de la biodiversidad, la flora y fauna del Parque Natural donde se ubica este parador. También organiza concursos anuales de fotografía sobre naturaleza y entorno.

Santo Estevo (Orense): limpieza del bosque

El Parador de Santo Estevo colabora en las campañas de limpieza del bosque, y en la protección e identificación de los árboles autóctonos. Además, elabora y propone rutas de senderismo con un mapa realizado por el propio hotel con tres senderos de la comarca.

Bibliografía: https://www.muyinteresante.es/naturaleza/articulo/paradores-turismo-de-sostenibilidad-y-descubrimiento-801619195003

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